jueves, 30 de junio de 2011

No hay más.

Hola, me llamo Amanda, pero podéis llamarme como os de la puta gana. Vivo en Barcelona, aun que muchas veces desearía escapar a algún otro lugar donde poder estar realmente bien. Sinceramente, no me gusta demasiado sentarme delante de la caja tonta y ver el fútbol, pero si es el Barça, lo doy todo, grito, salto, salgo al balcón con la bufanda a llamar la atención, cualquier cosa. Adoro mi cámara, la llevo a todas partes. Me gusta poner caras raras en todas las fotos posibles, pero como no tengo ni un poco de la cosa esa a la que llaman autoestima, las borro todas. Me la suda todo lo que penséis de mi, me la suda tanto, pero tanto tanto. Me encanta ponerme alguna camiseta escotada, aun que no tenga pecho, soy feliz. Me paso horas y horas delante de la puta pantalla del ordenador, esperando que pase cualquier cosa interesante para poder hacer algo con mi vida. Detesto que se equivoquen diciendo mi nombre, me llamo Amanda, joder, ni Amalia, ni Manda, ni cualquier paridón que se os pase por esa cabeza de chorlito que tenéis. O Amanda, o cualquier mote cariñoso, no dejo a cualquiera que me llame como le de la gana, si no me pongo de mal humor, adoro estarlo. Soy bipolar, perdón, tripolar, o multipolar, yo que coño sé, pero me encanta. No creo en las tonterías que creas tu, ni creo en la reencarnación, ni en ese ser superior al que llamas Dios. Yo solo creo en mi misma, no me hace falta creer en nadie ni nada más. Amo los ponys, quisiera  tener uno. Odio a las personas que van de amigos tuyos, solo por el interés, o a esas niñas pijas que lo tienen todo por reclamarle a su querido papi lo que quieren. Me repugnáis. Me ponen los chicos con el pelo largo, coño, son adorables. Siempre he querido tener una batería, pero el día que consiga tenerla me tendré que ir de casa porqué no cabré. Soy una bruta, os guste o no. Me encanta hacerme daño, soy masoquista. Odio esas sonrisas gilipollas que se me dibujan en la cara cuando me dicen cosas bonitas. Vale, si, me encanta que me digan cosas bonitas, soy una puta blanda. Si fuese por mi, me hacía el flequillo al lado y me lo tenía de blanco,     es otro de los sueños que tengo. Tengo una extraña obsesión con las redes sociales, me registro a todas las que puedo. Me como mucho la cabeza, y lo único que no consigo es no dormir. Amo que sean las 2 de la mañana y ponerme a escuchar música, me siento de puta madre. Me encanta que no haya nadie en casa y poner el aire acondicionado a tope y pasearme en ella en ropa interior, me siento en la gloria. Morderme las uñas ha sido uno de mis mayores hobbies desde que tengo memoria. Escucho toda clase de música, desde el reggaeton hasta el heavy metal. Sé lo que estarás pensando, que rara que es esta muchacha, pues si hacer lo que me gusta es de gente rara, si señores, soy rara, y muy orgullosa de ello. Me encanta cantar a pleno pulmon bajo la ducha, tengo una estrella del pop dentro de mi, aw yeah. El chocolate, es mi vicio. Adoro salir por ahí a liarla con mis amigos, a gritar en medio de la calle, a bailar y cantar subidas a los bancos, los adoro. Digo cosas sin sentido, si queréis pensar que estoy mal de la cabeza, pues sí, estoy mal de la puta cabeza, y lo disfruto a cada momento. Me río de cosas sin sentido, o tardo media hora en pillar un puto chiste, porqué yo lo valgo. Se me pegan frases estúpidas, como WTF, o What a piti. Tengo un montón de coletillas para cuando no sé que decir, que bien preparada estoy. Hablo 823678462876 idiomas, todos inventados por mí, y luego dicen que no tengo cultura. Cuando veo algo que me hace gracia lo repito tantas veces hasta calentaros la cabeza, mira que maja que soy. Ya no me van los príncipes azules, prefiero a los lobos feroces, por razones que si algunas supiesen se les iría de la cabeza ese príncipe. Pongo la música a tope hasta que el vecino da golpes en el suelo con las escoba, y cuando lo hace busco unos altavoces, me encanta joder.Lo más importante para mí es sonreír aun que esté pasando por el peor de los momentos posibles. Sé que hay sueños que son imposibles, pero no pierdo nada por arriesgarme a lograrlos. Vivo a mi manera, y si no te gusta, adiós.

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